miércoles, 19 de enero de 2011
sábado, 8 de enero de 2011
Revista LLegás
CURUPAYTY, el mapa no es un territorio
Son escasas las ocasiones en las que el teatro se arriesga de este modo. Curupayty, el mapa no es un territorio propone una puesta en escena sumamente particular.
Para quienes frecuentan el teatro Del Borde, lo primero que observarán es que han decidido cambiar de frente; este reacomodar el cuerpo y la mirada tendrá su correlato en cuestiones centrales del orden de la percepción. En un rincón, un hombre escribe, orienta el relato y desde allí, también se provoca la música. Frente a público, ocupando el mismo terreno horizontal que aquél, se distribuye el espacio de los actores. El relato es el de una batalla y el marco, una guerra mayor. Pero la quietud es poderosa, casi un acto de resistencia.
Si el mapa no es el territorio, el relato de la guerra no es la guerra. Julio Molina, un dramaturgo de bellísimas palabras, que habita más cerca de la poesía que de la cotidianeidad, tomará una decisión inhabitual: contar en guaraní.
Doble lejanía, por la escasa acción y por la lengua. Pero es justamente ese extrañamiento el que nos interpela. Escuchamos (los que desconocemos el guaraní) los sonidos, percibimos las articulaciones sonoras, nada más. Y luego, al llegar la traducción, aparece el reemplazo de “nosotros” por “ellos”. Y es tan fácil entender lo que implican las versiones, las lecturas diversas, la distancia. Entonces uno se pregunta qué nos dijeron hasta ahora los que tradujeron, los que se arrogaron el derecho de la lengua oficial. ¿Qué fue lo que nos contaron? El Curupayty de Molina deviene denuncia. Y esperanza de empezar a saber.
Para quienes frecuentan el teatro Del Borde, lo primero que observarán es que han decidido cambiar de frente; este reacomodar el cuerpo y la mirada tendrá su correlato en cuestiones centrales del orden de la percepción. En un rincón, un hombre escribe, orienta el relato y desde allí, también se provoca la música. Frente a público, ocupando el mismo terreno horizontal que aquél, se distribuye el espacio de los actores. El relato es el de una batalla y el marco, una guerra mayor. Pero la quietud es poderosa, casi un acto de resistencia.
Si el mapa no es el territorio, el relato de la guerra no es la guerra. Julio Molina, un dramaturgo de bellísimas palabras, que habita más cerca de la poesía que de la cotidianeidad, tomará una decisión inhabitual: contar en guaraní.
Doble lejanía, por la escasa acción y por la lengua. Pero es justamente ese extrañamiento el que nos interpela. Escuchamos (los que desconocemos el guaraní) los sonidos, percibimos las articulaciones sonoras, nada más. Y luego, al llegar la traducción, aparece el reemplazo de “nosotros” por “ellos”. Y es tan fácil entender lo que implican las versiones, las lecturas diversas, la distancia. Entonces uno se pregunta qué nos dijeron hasta ahora los que tradujeron, los que se arrogaron el derecho de la lengua oficial. ¿Qué fue lo que nos contaron? El Curupayty de Molina deviene denuncia. Y esperanza de empezar a saber.
Mónica Berman
Diario ABC color, Paraguay.
“Curupayty”, una obra binacional
La obra de teatro “Curupayty. El mapa no es un territorio” se estrenó en Buenos Aires el año pasado y reúne a actores paraguayos y argentinos. Una de las integrantes del elenco, Shirley Giménez, está en Asunción realizando las gestiones para que se pueda ver también en nuestro país.
Las puestas se realizaron en el Teatro Delborde en el barrio de San Telmo, en la capital argentina, los domingos a la tarde. Los paraguayos son –además de Jiménez– Ana Giménez, Odón Morán López, Ñeco Recalde, Darío Valenzuela, junto a Mario Alfano, Lela Cabrera, Fernando López, Eduardo Ramoni, Ana Laura Urso, Darío Valenzuela, los instrumentistas Rodrigo González y Manuel Sahores. La dramaturgia y puesta en escena corresponde a Julio Molina y para quienes deseen conocer el blog de la obra pueden ingresar a http://www.curupayty-elmapanoesunterritorio.blogspot.com/.
“Curupayty. El mapa no es un territorio” está hablada en un ochenta por ciento en guaraní, que es traducido al público por los mismos actores, la obra fue recomendada por el diario Clarín para que el público viera este montaje además de un gran movimiento y difusión de la colectividad paraguaya.
Durante el presente año tienen previsto continuar con giras y actuaciones.
La obra de teatro “Curupayty. El mapa no es un territorio” se estrenó en Buenos Aires el año pasado y reúne a actores paraguayos y argentinos. Una de las integrantes del elenco, Shirley Giménez, está en Asunción realizando las gestiones para que se pueda ver también en nuestro país.
Las puestas se realizaron en el Teatro Delborde en el barrio de San Telmo, en la capital argentina, los domingos a la tarde. Los paraguayos son –además de Jiménez– Ana Giménez, Odón Morán López, Ñeco Recalde, Darío Valenzuela, junto a Mario Alfano, Lela Cabrera, Fernando López, Eduardo Ramoni, Ana Laura Urso, Darío Valenzuela, los instrumentistas Rodrigo González y Manuel Sahores. La dramaturgia y puesta en escena corresponde a Julio Molina y para quienes deseen conocer el blog de la obra pueden ingresar a http://www.curupayty-elmapanoesunterritorio.blogspot.com/.
“Curupayty. El mapa no es un territorio” está hablada en un ochenta por ciento en guaraní, que es traducido al público por los mismos actores, la obra fue recomendada por el diario Clarín para que el público viera este montaje además de un gran movimiento y difusión de la colectividad paraguaya.
Durante el presente año tienen previsto continuar con giras y actuaciones.
5 de Enero de 2011 00:00
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