jueves, 11 de noviembre de 2010

Crítica de "Curupayty, el mapa no es un territorio" por Moira Soto en la Radio Pan y Teatro Radio - AM 1110

Crítica en Radio Pan y Teatro
11/11/2010
Curupayty… que emoción y que dolor ver esa obra. Realmente no es lo que nos enseñaron en el colegio. Por suerte en los últimos tiempos hay mucho revisionismo en la historia, y esta guerra, ha sido realmente una guerra infame, como dice la obra. Y esta obra de Julio Molina me parece una obra reparadora. Julio Molina, actor, director y dramaturgo, realmente es para mí una personalidades teatrales/ literarias, más importante de este momento, obras como “Madre lobo entrerriano, como “La imagen fue un fusil llorando”, bellas obras desde  todo punto de vista, algunas de estas piezas, obras están editadas en el rojas en ediciones muy accesibles.
Y en este caso su mirada es la del poeta  y yo diría la del humanista también, porque haber convocado a actores paraguayos, haberse atrevido hacer una parte de la obra hablada en guaraní. Me parece realmente una decisión política y ética. De una pieza además, como todas las de él, muy bien escrita, en este caso me parece a mí reproduce una forma en la parte español un poco más antigua. De esta guerra que duró seis años 1864-1870, y fue perpetrada por Brasil, Uruguay y Argentina, cumpliendo los intereses  del Imperio Británico, porque Paraguay se mantenía autónomo y además era un país que había avanzado tremendamente. Y esto que tampoco se habla en el colegio. Tenía trenes, telégrafos, fundición de hierro, la educación era obligatoria y gratis. Está bueno repetir eso porque a través de los años uno a tenido  una imagen del Paraguay que está por debajo de la Argentina y era todo lo contrario estaba más avanzado que Argentina, en ese momento que esta guerra de tres países más poderosos que cometieron un exterminio. Cometieron genocidio. Una población de un millón y medio de habitantes quedó en dos cientos y pico de miles. Una cosa atroz. Se mataron hombres pero también se mataron mujeres, y esta historia que participaron niños. En fin es como Julio Molina ha reflejado de una manera condensada y al mismo tiempo sin quitarle eun ápice del dramatismo del horror que fue. Con, que  son 8 o 10 actores en escena, algunos de los cuales son paraguayos,  el día que yo fui el arpista no pudo actuar, de todas maneras no la vi con arpa, casi que no me hizo falta porque, tanto el texto, como las actuaciones, como esa escenografía creada con fardos de pasto y troncos de árboles, que alude la batalla de Curupayty, episodio heroico para los Paraguayos, que siendo una cuarta parte que eran de sus atacantes lograron tener un día de gloria. Esa luz crepuscular que hay sobre la escena, todo esto releja no sólo el episodio de Curupayty, sino que además está hablando de todo ese momento histórico que fue la guerra de la triple alianza. Todos los elementos combinan y se potencian para que el espectáculo vaya creciendo en intensidad, en emoción y verdaderamente el efecto en el público es impresionante. Sin duda es una obra de la que  salis  con el corazón apretado y que hay procesarla, que hay que digerirla. Además a  mí personalmente, me dan ganas de volverla a ver porque sus calidades son muchas y confluyen.
Me acordaba desde que la ví, pensaba en Ute Lemper en un pub en Manhatan que apareció ella y antes de empezar a actuar dijo “Les tengo que pedir perdón por ser alemana”, y después supe de toda la campaña que ha hecho del Holocausto. Porque se siente culpable por ser alemana,  descendiente de alemanes y  de lo que fue el nazismo. Y me pareció extraordinario y fueron sus primeras palabras.
Y de alguna manera cuando terminó, uno quería levantarse y decir perdón, pedir perdón.  Y me preguntaba si alguna vez se les pidió a los paraguayos formalmente, profundamente y honestamente como esta obra. Perdón por tanta crueldad, tanta infamia y tanto crimen
La verdad que es una obra de altísima calidad y uno de los mejores espectáculos en la cartelera en este momento, me parece, al menos de lo que yo he visto.
Por Moira Soto

viernes, 5 de noviembre de 2010

Nota en Buenos Aires Jaque Press

"Curupayty, el mapa no es un territorio," puesta en escena de la guerra contra Paraguay en el teatro Del Borde de Buenos Aires

Tras cinco años de guerra la alianza de Argentina, Brasil y Uruguay contra Paraguay terminó en una “victoria” que significó para el país vencido “la muerte de más de dos tercios de la población paraguaya, incluida la mayoría de los varones adultos, y la destrucción casi total del capital productivo nacional,” según Mariana C. Fassi en “Paraguay en su laberinto,” de reciente edición. “En su derrota Paraguay debía generar las divisas que le permitieran cumplir con las compensaciones de guerra. Concluía así su incorporación a la dinámica del capitalismo internacional.”

 Mediante un procedimiento de reconversión de documentos varios sobre "la guerra de la triple alianza" el director y dramaturgo Julio Molina ha puesto en el teatro Del Borde de Buenos Aires una ficcionalización del conflicto belico. “Tomamos la odisea del pueblo paraguayo en aquel genocidio pensando así: CURUPAYTY, el mapa no es un territorio,” dice Molina. Agrega: “Donde el pasado fantasmagóricamente testimonia lo que el presente genera como pensamiento dramático.”

 Molina logra un espectáculo de alto vuelo y de un realismo notable con la incorporación de actores paraguayos que hablan en guaraní. Es un espectáculo atractivo para los historiadores, pero también para los estudiosos del arte teatral, ya que los actores paraguayos logran comunicar con sus voces, sus cuerpos y sus almas.